Estimación de la
creciente de diseño utilizando el hidrograma unitario instantáneo: el
caso de la cuenca del río Tecolutla, México
Estimation of flood design using the instantaneous hydrograph unit: a case study of the Tecolutla river watershed, Mexico
José Antonio Agustín Pérez Sesma* Laura Elena Maderey Rascón** Domitilo Pereyra Díaz* Uriel Antonio Filobello Niño*
*
Licenciatura en Ciencias Atmosféricas, Facultad de Instrumentación
Electrónica de la Universidad Veracruzana. Circuito Gonzalo Aguirre
Beltrán s/n, Zona Universitaria. 91000 Xalapa, Veracruz, México. E–mail:
sesma02@yahoo.com.mx ; dpereyra@uv.mx
**
Departamento de Geografía Física, Instituto de Geografía, Universidad
Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria. Coyoacán, 04510
México, D.F.
Recibido: 3 de septiembre de 2010.
Aceptado en versión final: 9 de marzo de 2012.
Aceptado en versión final: 9 de marzo de 2012.
Resumen
En
esta investigación se utiliza el hidrograma unitario instantáneo (HUI)
para conocer la avenida de diseño en la estación El Remolino, ubicada en
la cuenca del río Tecolutla. Para conocer la avenida de diseño se
utilizó la información pluviométrica de 24 estaciones, localizadas
dentro y en las cercanías de la cuenca, para el periodo 1961– 1999, de
éste se seleccionaron las 16 tormentas más intensas registradas en la
cuenca, cuyo gasto máximo generado fue mayor a 3 000 m3/s.
Los hidrogramas de diseño se obtuvieron utilizando las precipitaciones
máximas en 24 horas, para los periodos de retorno de 25, 50 y 100 años.
Se encontró que el hidrograma de diseño para 25 años tendría un gasto de
pico de 21 053.7 m3/s, para 50 años de 23 653.5 m3/s y para 100 años de 26 281.4 m3/s.
Estos resultados indican que el HUI sobreestima los gastos de pico,
esto puede deberse a que las tormentas de diseño utilizadas tienen una
duración en exceso de cuatro días, y precipitaciones en exceso de 495.4,
557.2 y 618.6 mm, respectivamente, para los periodos de retorno
utilizados. Finalmente, los gastos estimados, con el HUI, y los gastos
registrados mostraron un coeficiente R2=0.956, el cual muestra la efectividad del modelo propuesto.
Palabras clave: Precipitación, escurrimiento, cuenca, hidrograma unitario instantáneo, río Tecolutla.
Abstract
In
this research an instantaneous hydrograph unit (IUh), is used to
characterize the flood design at the El Remolino station, located in the
Tecolutla river watershed. Rainfall data from 24 stations, all of them
located within, or in the vicinity of the watershed was used for the
period 1961–1999 to learn about the flood design. From this period we
selected 16 more intense storms recorded in the watershed, which
generated a peak discharge expenditure greater than 3000 m3/s.
The design hydrograph was obtained, using the maximum rainfall within
24 hours, for the return periods of 25, 50 and 100 years. It was found
that the design hydrographs for 25 years would have a discharge peak of
21 053.7 m3/s, to 50 years of 23 653.5 m3/s and 100 years of 26 281.4 m3/s.
These results indicate that the HUI has an over–estimation in the peak
discharge, this over estimation might be because the design storms used
have a duration in excess of four days and rainfall in excess of 495.4
mm, 557.2 mm and 618.6 mm for each return period. Finally, the peak
discharge estimated, with the HUI, and the peak discharge registered,
show a coefficient R2 = 0. 956, what shows the effectiveness of the model here proposed.
Key words: Precipitation, runoff, watershed, instantaneous unit hydrograph, Tecolutla river.
Introducción
En
México, la transformación de los paisajes boscosos y la contaminación
han llegado a modificar el ciclo hidrológico, al cambiar la capacidad de
captación y retención de humedad en la superficie. Algunos estudios
muestran que la deforestación afecta el ciclo hidrológico al modificar
la evaporación, la humedad en el suelo y los efectos que los árboles
ejercen sobre los vientos (Magaña, 1999). Uno de los problemas más
importantes que se presenta al diseñar una obra hidráulica, es
determinar el gasto máximo o el hidrograma de la avenida máxima que
pueda ocurrir con determinada frecuencia en el sitio del proyecto. El
gasto máximo es utilizado principalmente para diseñar puentes y
alcantarillas en ciertos tramos de un cauce, en tanto que la avenida
máxima,1 es empleada para diseñar presas de almacenamiento, dado que el
hidrograma de ésta permite conocer el volumen de agua que llegará al
vaso, en función del cual se diseña la cortina de la presa, así como su
vertedor y sus compuertas (Ferrer, 2000).
Debido
a que la cantidad y calidad de la información disponible varía
ampliamente de un problema a otro y a que no siempre se requiere de la
misma precisión en los resultados, se ha desarrollado una gran cantidad
de métodos para analizar la relación precipitación–escurrimiento, éstos
se han agrupado en modelos empíricos, hidrológicos e hidráulicos
(Viessman et al., 1977; Fuentes et al., 1981; Pereyra y Hernández, 1987; Aparicio, 2008).
Como
es bien sabido, la información acerca del escurrimiento en una sección
de interés, sobre una corriente, también es necesaria para diseñar obras
de aprovechamiento o de protección (riego, agua potable, generación de
energía eléctrica, inundaciones, etc.). En muchas ocasiones, el
diseñador de obra hidráulica se encuentra con poca o nula información de
mediciones directas que le permitan conocer la historia de los
escurrimientos en la zona de interés, por lo que recurre a estimaciones a
partir de las bases de datos de precipitación existentes. Asimismo,
cuando la cuenca ha estado o estará sujeta a cambios de importancia
(construcción de obras de almacenamiento, urbanización y deforestación,
etc.), estos cambios alteran el régimen del escurrimiento, por lo que su
registro histórico no representa adecuadamente el comportamiento futuro
de la corriente. En los problemas de pronóstico de avenidas, es
necesario contar con modelos matemáticos que permitan estimar el
escurrimiento a partir de las características de la cuenca y la
precipitación (Fuentes et al., 1981; Campos, 1998). Según Raudkivi (1979), Fuentes et al.,
(1981) y Pereyra (1993), la relación entre le precipitación y el
escurrimiento es complicada, depende por una parte de las
características de la cuenca (área, elevación, pendiente, orientación,
tipo de suelo, drenaje, capacidad de almacenamiento y vegetación) y por
otra de la distribución espacial y temporal de la precipitación. Los
principales problemas que se han detectado en la cuenca del río
Tecolutla, asociados al recurso hidráulico son: a) poca infraestructura para servicio de agua potable, alcantarillado y saneamiento urbano y rural; b) baja eficiencia en el uso del agua en riego; c) baja calidad del agua de las corrientes principales y algunos de sus afluentes, y d)
fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más recurrentes, que
provocan inundaciones en la parte baja de la cuenca donde se ubican dos
centros de población importantes (Gutiérrez Zamora y Tecolutla).
Debido a este último problema enunciado, nace el interés por conocer la
magnitud de las crecientes de diseño, la cual puede ser aplicada en la
planeación de obras de control, puentes y alcantarillas, etc. Como
antecedente de este estudio se tiene al estudio de Pereyra et al.
(2012), quienes utilizaron el modelo numérico HEC–HMS (Hydrologic
Engineering Center–Hydrologic Modell System, USA) para conocer los
escurrimientos máximos de tormentas severas registradas en la cuenca,
teniendo resultados muy aceptables (Tabla 9 y Figura 23).
Metodología
La
cuenca del río Tecolutla se encuentra ubicada geográficamente entre los
19º30' y 20º30' latitud norte, y los 97º y 98º15' longitud oeste del
meridiano de Greenwich (Figura 1).
Tiene un área de 7 342 km2 hasta la desembocadura del Golfo de México,
la cual se encuentra distribuida entre los estados de Tlaxcala, Hidalgo,
Puebla y Veracruz (Pérez, 2009; Pereyra et al., 2010). En esta
cuenca se pueden distinguir tres zonas: la parte alta, ubicada dentro de
la Sierra Madre Oriental, en la que los cauces se encuentran alojados
en cañones angostos y profundos con fuertes pendientes; la parte media,
donde disminuyen las pendientes de los cauces y es posible construir
vasos de almacenamiento para generar energía eléctrica; la parte baja,
que atraviesa la planicie costera del centro del estado de Veracruz,
hasta la desembocadura en el Golfo de México. La corriente principal, se
origina entre los estados de Tlaxcala y Puebla y se le conoce primero
por los nombres de arroyo Zapata, río Coyuco, río Apulco y finalmente
río Tecolutla (Figura 2), (Pereyra et al., 2010).
La
parte alta, entre los estados de Tlaxcala, Hidalgo y Puebla, la
precipitación media anual es de 700 mm, en tanto que en la parte media
es de 2 500 mm, con dos centros de alta precipitación en Jopala y
Atexcaco, Puebla, donde la precipitación media anual alcanza los 3 400
mm, y en la parte baja la precipitación es de 1 400 mm (Pereyra y
Hernández, 1987). En lo que concierne a la precipitación máxima media
anual en 24 horas; en la parte alta de la cuenca es de 200 mm, en la
parte media es de 400 mm y en la parte baja de 300 mm. Asimismo, la
cuenca del río Tecolutla es afectada últimamente, con mayor frecuencia,
por los ciclones tropicales que se forman en el Mar Caribe y en el Golfo
de México, los cuales generan precipitaciones intensas, durante el
periodo de julio a septiembre, ocasionando crecientes considerables.
Además, es afectada por masas de aire frío provenientes del polo norte,
denominados Nortes, presentándose éstos de octubre a marzo (Tejeda et al., 1989; Pérez, 2009).
En
esta cuenca se construyeron los primeros aprovechamientos
hidroeléctricos de importancia en nuestro país, sobre el río Necaxa se
encuentra el sistema hidroeléctrico del mismo nombre, que perteneció a
la desaparecida compañía, de Luz y Fuerza Motriz. Posteriormente la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), utilizando el escurrimiento de
los ríos Xiucayucan y Apulco, empezó a operar la planta Hidroeléctrica
Mazatepec. También, existen algunas plantas hidroeléctricas de poca
capacidad de generación, como la que proporciona energía a la población
de Zacapoaxtla, Puebla; la planta Atexcaco, que utiliza las aguas de los
arroyos que le confluyen al río Xiucayucan por su margen derecha
(Pereyra et al., 2010).
La
cuenca del río Tecolutla se caracteriza por estar enclavada dentro de
tres provincias fisiográficas: Eje Volcánico Transversal (parte alta y
media), Sierra Madre Oriental (parte media) y la Llanura Costera del
Golfo (parte baja) como se indica en la Figura 3.
Los tipos de vegetación predominante son: bosque de coníferas, bosque
de encino, bosque mesófilo de montaña, selva subcaducifolia y vegetación
hidrófila como se indica en la Figura 4 (Pérez, 2009).
Para
conocer el hidrograma de la creciente de diseño de la cuenca del río
Tecolutla, primero se ubicaron en un mapa las estaciones climatológicas e
hidrométricas seleccionadas, con la ayuda del Software Surfer 7 (SMS,
1999), (Figura 2). Las 24 estaciones climatológicas seleccionadas contaban con al menos 25 años de registro (Tabla 1).
Las variables utilizadas fueron precipitación y escurrimiento diarios,
las cuales fueron proporcionadas por la Comisión Nacional del Agua
(CLICOM, 2004) y por la Comisión Federal de Electricidad (CFE, 2004),
para el periodo 1961–1999 (cabe mencionar que se utilizó este periodo
debido a que la estación hidrométrica El Remolino fue destruida por la
inundación ocurrida en los primeros días del mes de octubre de 1999 y
recientemente reconstruida). Para el análisis estadístico se
utilizó el Software Statistica versión 5.5 y para el trazo de isoyetas
se requirió del Software Surfer versión 7, así como de un planímetro
digital para el cálculo de áreas. Además, se seleccionaron las fechas de
las tormentas más desfavorables (lluvias intensas que duran varias
horas) que generaron un gasto mayor a 3 000 m3/s en la estación hidrométrica El Remolino (Tabla 2 y Figura 5. Asimismo, se realizaron pruebas estadísticas de homogeneidad (td
de Student) a cada una de las bases de datos de precipitación y
escurrimiento de las estaciones consideradas en esta investigación, las
cuales cumplieron con el criterio de homogeneidad
(Campos, 1998; Escalante y Reyes, 2002): la prueba consistió en determinar el valor absoluto de la td de Student de cada muestra y compararlo con el valor de la distribución
de Student de dos colas v = n1 + n2–2 y grados de libertad, para un nivel de confiabilidad de ∞ = 0.05.
Precipitación
La
precipitación media de la cuenca se obtuvo utilizando promedios
aritméticos y los promedios ponderados de Thiessen y el de isoyetas
(Ponce, 1989; Campos, 1998; Aparicio, 2008). Para conocer la
precipitación máxima probable (pmp) que se pueda presentar para un
determinado periodo de retorno (intervalo promedio de tiempo dentro del
cual un evento de cierta magnitud puede ser igualado o excedido por lo
menos una vez) asignado a una cierta obra hidráulica, se ajustó la
función de distribución doble exponencial o Gumbel a las precipitaciones
máximas en 24 horas ocurridas en la cuenca. La función Gumbel (Ecuación
1) fue elegida entre otras para valores extremos de precipitación, en
virtud de haber sido empleada por otros autores para precipitaciones
máximas en la región (Pereyra et al., 1984; Pereyra, 1993;
Campos, 1998). La expresión matemática de la función de distribución
doble exponencial o de Gumbel se puede expresar como se indica en la
ecuación 1 (Yevjevich, 1972; Miroslava, 1992; Pérez, 2009):
donde a y b se determinarán por regresión no lineal con el software Statistic versión 5.5; Tm es el periodo de retorno asignado a la obra; Y(Tm) es el valor de la variable Y, pronosticado para el periodo de retorno Tm.
Modelos lluvia–escurrimiento
Debido
a la existencia de una gran cantidad de modelos lluvia–escurrimiento,
es conveniente agruparlos en diferentes categorías a efecto de
seleccionar el más apropiado para cada caso particular. Una forma de
clasificarlos es de acuerdo con la información que se requiere para su
calibración (Fuentes et al., 1981); de esta manera los modelos de lluvia escurrimiento se pueden dividir en tres grandes grupos: a)
Modelos Empíricos que requieren únicamente de las principales
características físicas promedio de la cuenca en estudio; dentro de
estos modelos se tiene al método de envolventes (Creager y Lowry,
entre otros) que relacionan el gasto máximo con el área de la cuenca y
un coeficiente de escurrimiento de la cuenca o de la región (Fuentes et al., 1981; Pereyra y Hernández, 1987); b)
Modelos Hidráulicos para los cuales se debe de disponer, además de los
registros simultáneos de precipitación y escurrimiento, de las
características físicas detalladas de la cuenca, los modelos más
representativos de esta idea son el de Stanford y el del Departamento de
Estudios Geológicos de Estados Unidos, U.S.G.S. (Pereyra y Hernández,
1987; Chow et al., 1994); c) Modelos Hidrológicos para los
que es necesario contar con registros simultáneos de precipitación y
escurrimiento, para utilizarlos en el pronóstico se recomienda que se
les calibre primero para la cuenca de interés, utilizando los datos de
lluvia y escurrimiento observados (Fuentes et al., 1981; Pereyra y Hernández, 1987; Pereyra et al.,
2012). Para este estudio se utilizó un modelo del tipo hidrológico; a
diferencia de los modelos empíricos éstos pueden utilizarse con
cualquier tipo de lluvia, tomando en cuenta sus variaciones en el
tiempo. Entre estos modelos se encuentran los derivados del concepto de
hidrograma unitario, en los que se calcula una función que relaciona las
entradas (lluvia) con las salidas (escurrimiento), haciendo caso omiso del fenómeno físico que ocurre en la cuenca (Figura 6).
Hidrogama unitario (HU). Chow et al.
(1994) consideraron que este hidrograma es la función respuesta de
periodicidad unitaria para un sistema hidrológico lineal. El hidrograma
unitario se define como la gráfica del escurrimiento directo resultante
de 1 mm (aunque también puede ser de una pulgada, un centímetro, etc.)
de lluvia en exceso, que se genera, de manera uniforme, sobre un área de
drenaje (cuenca) a razón constante, durante la duración de la precipitación efectiva (Figura 7).
Hidrograma unitario instantáneo (HUI).
Para superar las limitaciones en donde se supone que la intensidad de
la lluvia es constante, en toda su duración, se han desarrollados
métodos que, apoyados en los principios del HU, permiten que si se
dispone de información confiable de las variaciones de la intensidad de
la lluvia con el tiempo, estas variaciones sean tomadas en cuenta.
Supóngase
que en una cuenca dada se dispone de información sobre la precipitación
media para intervalos pequeños de tiempo Λt y que se conoce el HU
asociado a una tormenta de la misma duración, Λt. De acuerdo con el HU,
si se presentara una tormenta compleja se produciría un hidrograma como
el de la Figura 8 (Raudkivi, 1979).
Así, si Ui es la i–ésima ordenada del HU (Figura 8a) y Pj es la j–ésima barra de precipitación en exceso del hietograma (Figura 8b), las ordenadas Qi del hidrograma resultante (Figura 8f) son, en este caso,
En general, las k–ésimas ordenadas del hidrograma, Qk es:
Considérese el problema inverso, es decir, en el que se conoce el hidrograma (Figura 8f) y la precipitación (Figura 8b) y se desea obtener un HU como el de la Figura 8a. Consecuentemente, el sistema de ecuaciones 2 sigue siendo válido; este sistema se puede escribir como:
donde:
La incógnita es entonces el vector {U}.
Sin embargo, en el sistema 2 se tendrían cinco ecuaciones con tres
incógnitas, por lo que el sistema es indeterminado y no existen valores
de {U} que satisfagan simultáneamente las cinco ecuaciones. Así,
para tener una solución del sistema 3 es necesario aceptar un cierto
error en cada uno de los componentes de {U}; ciertamente, es
deseable que dicho error sea el mínimo posible. Se puede demostrar que
se comete el mínimo error en los valores de {U} si la ecuación 3 se multiplica por la matriz transpuesta de P (Raudkivi, 1979; Aparicio, 2008):
Lo que en este caso resultaría:
El sistema matricial 5 es ya un sistema determinado, con una solución única. Esta solución proporciona el valor del vector {U}
buscado. Nótese que para el HUI, siempre debe especificarse la duración
en exceso, que es la duración de las barras del hietograma de la Figura 8b.
Sin embargo, en contraposición con el HU tradicional, en el instantáneo
se tiene una mayor flexibilidad en el manejo de esta duración en
exceso.
Asimismo, en todos los casos el número de ordenadas del hidrograma final NQ está ligado con el número de barras del hietograma NP y al número de ordenadas del HU Nu por medio de la ecuación (Fuentes et al., 1981; Aparicio, 2008):
Con
esta ecuación es posible saber de antemano el número de ordenadas que
tendrá el HU y, por lo tanto, el orden de la matriz de coeficientes del
sistema de ecuaciones.
Resultados
La precipitación media de las tres tormentas más intensas (1974, 1981 y 1986) de las 16 que se presentan en la Tabla 2 se muestran en la Tabla 3 y en las Figura 9, 10 y 11. La precipitación media anual de la cuenca del río Tecolutla se presenta en la Tabla 4 y en la Figura 12. En las Figura 9, 10, 11 y Figura 12
se puede observar que existen dentro de la cuenca, dos centros de alta
precipitación, ubicados en las regiones de Jopala (7) y Atexcaco (21),
Puebla, aseveración que confirma lo dicho anteriormente, en el apartado
"metodología".
La
precipitación máxima probable esperada (pmp) para periodos de retorno
de 25, 50 y 100 años, de acuerdo con la ecuación 1, se muestran en la Tabla 5, así como en las Figura 13, 14 y 15, donde se puede apreciar que existe una gran similitud con la forma del mapa de isoyetas medias anuales de la cuenca (Figura 12).
En la Tabla 6 se muestran los valores del escurrimiento directo (Ved), el volumen de escurrimiento base (Veb), la lámina de precipitación en exceso (Le)
y el índice de infiltración media de la cuenca (Φ) para cada tormenta,
los cuales se estimaron usando las técnicas convencionales presentadas
en Springall (1970), Campos (1998), Escalante y Reyes (2002), y Aparicio
(2008).
a)
Para obtener el hidrograma unitario se consideró a la tormenta del 23
al 28 de agosto de 1981 como la más representativa para pronosticar la
avenida de diseño, siendo la duración en exceso de esta tormenta de
cuatro días, como se indica en la Tabla 7.
Las columnas 3 y 4 de la Tabla 7, muestran que NQ=7, NP=4 y por la ecuación 6 se obtuvo que Nu=4. Reemplazando estos valores en la ecuación 2a, se obtiene el sistema de ecuaciones 7.
La solución del sistema 7 es U1=100.03, U2=31.3, U3=13.94 y U4=2.52, las cuales representan las ordenadas del hidrograma unitario de la cuenca del río Tecolutla (Figura 16).
b)
Calibración del modelo HUI. El hidrograma del escurrimiento directo
obtenido con el modelo propuesto, en la ecuación 2a, para la tormenta
mostrada en la Tabla 7, se presenta en la Figura 17, donde se observa un buen ajuste con el hidrograma observado.
En la Figura 18
se presenta la correlación que existe entre los gastos observados
contra estimados. En esta figura se puede observar que el valor del
coeficiente de determinación R2= 0.9599, lo que indica que el modelo del HUI explica el 95.99% de los casos. Asimismo, en la Tabla 8 se presentan los valores comparativos de los gastos directos observados contra estimados.
c)
Para escoger el periodo de retorno que se le asignará a la tormenta de
diseño, se aplicó la siguiente expresión matemática (Escalante y Reyes,
2002):
donde: x es la magnitud de un evento hidrológico; P probabilidad de que ocurra una tormenta; Tm
periodo de retorno de la tormenta, en años. En este caso se fijaron Tm
de 25, 50 y 100 años considerando que las obras a realizar en la región
pueden ser de control de inundaciones.
d)
Con base en la duración efectiva de las tormentas consideradas como
severas en este estudio, se fijó una duración de cuatro días para la
tormenta de diseño.
e) Con los periodos de retorno obtenidos en c) y la duración efectiva supuesta en d), se calculó la altura de precipitación diaria de la cuenca con base a las curvas IDT (Figura 19).
f) Con los datos del inciso anterior se obtuvieron los hietogramas de las tormentas de diseño (Figura 20, 21 y 22).
g) Con los datos de los hietogramas obtenidos en el paso anterior y con el índice de infiltración media, ψ = 35.21mm/día (Tabla 6,
columna 7), se obtuvo la lluvia en exceso; siendo para el periodo de
retorno de 25 años de 495.4 mm, para 50 años de 557.2 mm y para 100 años
de 618.6 mm, con una duración en exceso de cuatro días para las
tormentas de diseño, para obtener la altura de precipitación en exceso,
se restó la infiltración media de la cuenca del río Tecolutla a cada
barra del hietograma de diseño y se sumaron los resultados.
h)
Para conocer la avenida o creciente de diseño, para los periodos de
retorno seleccionados, se multiplicaron las ordenadas del hidrograma
unitario de diseño por las alturas de la precipitación en exceso. De las
avenidas de diseño mostradas en las Figura 20, 21 y 22, se observa que los gastos máximos pronosticados son de 21 053.7 m3/s, 23 653.5 m3/s y 26 281.4 m3/s
para los periodos de retorno de 25, 50 y 100 años, respectivamente.
Tomando en cuenta el área de captación hasta la salida al mar y la
precipitación en exceso, en toda la cuenca, para cada una de las
tormentas de diseño, el volumen que llegaría a la desembocadura al mar
sería de aproximadamente 3 637.2x106, 4 091x106 y 4 541.8x106 m3, respectivamente.
Discusión
El
modelo del HUI requiere una mayor cantidad de datos, entre éstos los
registros continuos de escurrimiento y de precipitación de la cuenca en
estudio, pero tiene la ventaja respecto a otros métodos ya que permite
conocer la avenida y con ello el volumen de escurrimiento, así como el
gasto máximo.
La Tabla 9 y Figura 23 muestran un comparativo entre gastos estimados por el HUI y el HEC–HMS (Pereyra et al., 2012) con los observados, donde se puede apreciar que el HUI tiene un R2=0.9561 y el HEC–HMS un R2=0.9921, lo cual indica la efectividad del modelo HUI.
En
vista de los daños generados, en los últimos años, por las inundaciones
ocurridas en la cuenca del río Tecolutla, el cálculo y pronóstico de
las avenidas de diseño para tal región utilizando el HUI, es de suma
importancia para la toma de decisiones en la prevención y disminución
del riesgo de la población. Cabe mencionar que no se puede hacer un
análisis de los impactos de una tormenta extrema o de escurrimientos
súbitos, sin mencionar que las inundaciones provocadas por el
desbordamiento de los ríos no necesariamente se debe a tormentas
extraordinarias sino que, en primera instancia, se puede deber a
factores antropogénicos (como por ejemplo actividades agrícolas y
ganaderas, entre otras).
Finalmente,
debido a la magnitud de los gastos máximos estimados, se recomienda
construir obras de captación o de control para disminuir el riesgo por
inundaciones en la parte baja de la cuenca, lugar donde se ubican las
dos ciudades más importantes (Gutiérrez Zamora y Tecolutla).
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